Muere el destacado empresario mexicano Don Olegario Vázquez Raña a los 89 años

Olegario Vázquez Raña, destacado empresario de México en sectores como la salud, los medios de comunicación, el deporte y la filantropía institucional, falleció este 28 de marzo de 2025 a los 89 años. Deja un legado que trasciende el ámbito económico y marca una época en la historia empresarial del país.
Hijo de Venancio Vázquez, un minero y comerciante español, y de María Raña, comenzó a trabajar a los nueve años en la tienda de radios de su padre. Aquel primer contacto con el comercio sería el germen de una trayectoria empresarial extraordinaria, que se consolidaría décadas más tarde como uno de los conglomerados privados más diversificados y sólidos de México.
Junto a sus hermanos, fundó la cadena Hermanos Vázquez, pionera en acercar tecnología y electrodomésticos al consumidor popular mediante esquemas de crédito accesibles. La empresa se convirtió en un símbolo de movilidad social para miles de familias mexicanas. Sin embargo, su visión trascendió ese primer proyecto: en los años ochenta, don Olegario fundó Grupo Empresarial Ángeles —rebautizado en 2024 como Grupo Vazol—, integrando sectores tan diversos como la salud, las finanzas, los medios, la infraestructura y el turismo.
Entre sus principales activos se encuentran Hospitales Ángeles, Imagen Televisión, el diario Excélsior, Grupo Multiva, Hoteles Camino Real y la farmacéutica Kener, entre otros. Cada uno de estos negocios fue concebido no solo como una unidad rentable, sino como parte de un ecosistema institucional de largo plazo, donde la excelencia operativa y la responsabilidad social no eran opciones, sino ejes rectores.
Visionario en la profesionalización de sus empresas, desde 2009 dejó en manos de su hijo, Olegario Vázquez Aldir, la presidencia ejecutiva del grupo, en una transición planeada y ejemplar que permitió la continuidad y evolución del proyecto.
En paralelo a su vida empresarial, Vázquez Raña fue un destacado deportista. Representó a México en cuatro Juegos Olímpicos consecutivos como tirador deportivo —Tokio 1964, México 1968, Múnich 1972 y Montreal 1976—, rompiendo récords y cosechando triunfos continentales. Fue el primer mexicano en recibir el Premio Nacional del Deporte y presidió la Federación Internacional de Tiro Deportivo durante casi cuatro décadas, transformando su estructura y promoviendo la equidad de género y la modernización tecnológica del deporte.